Una endoscopía es un procedimiento médico que permite al médico observar el interior del tracto digestivo utilizando un tubo delgado y flexible con una cámara en la punta (llamado endoscopio).
Se utiliza comúnmente para examinar el esófago, el estómago y el inicio del intestino delgado (duodeno).
¿Por qué se realiza una endoscopía?
- Para investigar síntomas como acidez, náuseas, vómitos, dolor abdominal, dificultad para tragar o sangrado.
- Para diagnosticar condiciones como gastritis, úlceras, enfermedad por reflujo (ERGE) o tumores.
- Para tomar biopsias (muestras pequeñas de tejido).
- Para tratar ciertas condiciones (por ejemplo, detener sangrados, remover pólipos o dilatar áreas estrechas).
¿Qué puede detectar una endoscopía?
- Gastritis o inflamación
- Úlceras
- Reflujo gastroesofágico (ERGE)
- Hernias hiatales
- Fuentes de sangrado
- Tumores o signos tempranos de cáncer
- Enfermedad celíaca
- Estrechamientos u obstrucciones
¿Cómo debo prepararme?
- No comer ni beber durante al menos 6–8 horas antes del procedimiento.
- El médico puede pedirte suspender temporalmente ciertos medicamentos.
- Organiza que alguien te lleve a casa después del procedimiento.
¿Cuánto dura el procedimiento?
- El procedimiento suele durar entre 15 y 30 minutos.
- Generalmente se realiza de forma ambulatoria (sin hospitalización).
¿Qué tipo de anestesia se utiliza?
La mayoría de los pacientes recibe una sedación ligera por vía intravenosa para ayudarlos a relajarse y evitar molestias.
Estarás despierto, pero adormecido y probablemente no recordarás el procedimiento.
¿Cuándo puedo volver al trabajo?
La mayoría de las personas puede retomar sus actividades normales al día siguiente.
Puede que tengas un poco de hinchazón o dolor de garganta por algunas horas.
Tu salud es importante. No ignores los síntomas digestivos; la detección temprana puede salvar vidas.