La colonoscopía es un procedimiento médico en el que se utiliza un tubo delgado y flexible con una cámara en la punta (llamado colonoscopio) para examinar el interior del colon y el recto.
Permite detectar anomalías como pólipos, inflamaciones, úlceras o cáncer colorrectal.
Si se detectan pólipos a tiempo, pueden ser removidos antes de que se vuelvan cancerosos.
¿A qué edad se recomienda?
Personas con riesgo promedio: a partir de los 45 años, incluso si no hay síntomas.
Personas con antecedentes familiares de cáncer de colon o enfermedades intestinales: deben consultar con su médico para empezar antes.
También se recomienda si tienes síntomas como:
- Sangrado rectal
- Cambios en el hábito intestinal
- Dolor abdominal persistente
- Pérdida de peso sin causa aparente
¿Qué se puede detectar en una colonoscopía?
- Pólipos
- Cáncer colorrectal
- Divertículos
- Inflamación (colitis)
- Úlceras o sangrados internos
- Enfermedades inflamatorias del intestino (como Crohn o colitis ulcerosa)
¿Cuánto dura el procedimiento?
- El procedimiento suele durar entre 20 y 45 minutos.
- Es ambulatorio: no requiere hospitalización.
¿Qué tipo de anestesia se utiliza?
Se utiliza sedación intravenosa o anestesia ligera para que el paciente esté relajado y no sienta dolor.
La mayoría de las personas no recuerdan el procedimiento.
¿Cuándo puedo volver al trabajo?
Si tu colonoscopía fue sencilla y sin complicaciones, puedes reanudar actividades normales en 24 horas.
¿Cómo es la preparación?
Una buena preparación es clave para una colonoscopía exitosa. Incluye:
1. Dieta especial:
- 2–3 días antes: alimentos bajos en fibra.
- 1 día antes: solo líquidos claros (agua, caldo, gelatina sin color, jugo de manzana).
2. Laxantes fuertes (indicados por el médico):
- Se toman la tarde o noche anterior al procedimiento para vaciar completamente el intestino.
3. Ayuno:
- No comer ni beber al menos 6–8 horas antes del procedimiento.
Una colonoscopía a tiempo puede salvar tu vida. ¡No esperes más!